Ficha técnica:
Título: La ciudad de las bestias
Autor: Isabel Allende
Nº de páginas: 304
Año de edición: 2002
ISBN: 978-84-9793-569-2
“La ciudad de las Bestias” de Isabel Allende,
ha sido uno de los títulos que me involucraron en la lectura y que me hizo
entrar en el mundo literario.
Isabel Allende, de nacionalidad chilena ha
trabajado como periodista y escritora desde los diecisiete años y, es una
escritora que sabe llegar a todos los públicos porque presenta un estilo sencillo
y claro.
Este título forma parte de la trilogía «Las memorias del Águila y el Jaguar» (integrada por La
Ciudad de las Bestias, El Reino del Dragón de Oro y El Bosque
de los Pigmeos). Se publicó en 2002 y fue el primer libro que la autora
escribía para adolescentes (aunque es muy válido para adultos).
Alexander Cold, un muchacho americano de 15 años
aficionado a tocar la flauta y al montañismo, se ve obligado a acompañar a su
abuela, la aventurera, escritora y periodista Kate Cold, a una expedición en la
selva amazónica organizada por la International Geographic y cuyo objetivo es
capturar a la "Bestia".
Para él, este viaje no es más que una obligación pero
allí cambiará de opinión al conocer a su amiga Nadia Santos y a un chamán
llamado Walimai que lo introducirán en un mundo sorprendente de fantasía y
espíritus.
Alexander pasará a
convertirse en Jaguar, protector de la gente de la neblina, y será proclamado
entre los indios como jefe para negociar con los nahab(o sea, los
extranjeros a la tribu) conforme va cambiando su mentalidad y pasa de ser un
niño mimado a un adulto con criterio y metas.
Kate Cold será un
personaje que influya mucho en la trasformación de Alexander dada su falta de “tacto”.
Todo lo contrario a lo que son los padres del adolescente que siempre le tenían
entre algodones.
Recomiendo este libro a
todos los aficionados a la lectura y a todas aquellas personas que aun no se
aventuran a formar parte de éste mundo literario porque es muy amena e
interesante. Hasta cierto punto, se mezcla la realidad con la fantasía de
mundos espirituales de los que, al final de la lectura, el lector querrá formar
parte.
Cristina.
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